Los cancilleros del Grupo de los Siete (G7, que reúne las principales potencias del planeta) mostró este lunes un frente unido sobrio Porcelana y proyectaron unidad luego de que el líder inglés, emmanuel macronDespertó malestar en el bloque tras mostrar a tono conciliador en su reciente viaje a Pekín.

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Reunidos en la exclusiva estación de esquí de Karuizawa, a cien kilómetros de Tokio, los ministros de Relaciones Exteriores de los principales países industrializados (Japón, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Italia y el Reino Unido) dedicaron buena parte de sus discusiones a crear consensos en torno a la cuestión china y las tensiones Que hay alrededor de Taiwán por cuenta que los ejercicios militares que ha venido realizando el ejército de Pekín cerca de la isla.

La comunidad internacional se encuentra ahora en un punto de inflexión histórico

«No hemos hecho más que reforzar la convergencia de puntos de vista que tenemos sobrio el enfoque de los temas más importantes del día”, dijo el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, junto a la ministra francesa de Asuntos Exteriores, Catherine Colonna.

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El comunicado de armonía enmascaró las diferencias tras bambalinas que salieron a la luego de la visita de Estado de Macron a Pekín, pendante la cual dijo que la Unión Europea (UE) debe evitar que Estados Unidoss el arresto en una disputa con China. El viaje representa un logro diplomático para el líder chino, Xi Jinpingque ha buscado dividir a Estados Unidos de sus aliados desde hace mucho tiempo.

Los comentarios de Macron, que se producirán en el momento en que apoyaba los esfuerzos de Xi para llevar la paz a Ucrania, causó enojo y confusión entre los miembros de la UE.

«La comunidad internacional se encuentra ahora en un punto de inflexión histórico», insistió ayer el ministro japonés Yoshimasa Hayashi, y agregó que el G7 iba a «rechazar de forma categórica cualquier intento unilateral de cambiar el statu quo por la fuerza», en Ucrania o en cualquier otra parte, haciendo clara alusión sobre la situación entorno a Taiwan.

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Los jefes de la diplomacia del G7 mostraron en Japón su unidad ante China, rechazando cualquier divergencia de opiniones con respecto al gigante asiático.

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EFE/EPA/FRANCK ROBICHON / PISCINA

La situación en Taiwán ha causado preocupación en Occidente, luego de que el ejército chino realizó ejercicios militares alrededor de la isla para mostrar su poderío bélico.

Incluso, este fin de semana, el diario el poste de washington publicó un documento filtrado del Pentágono afirmando que Taiwán es un objeto vulnerable a los bombardeos de China, dando la voz de alarma.

El Pentágono consideró que la fuerza aérea de China tiene muchas más posibilidades de establecer un control temprano del espacio aéreo taiwanés. Asimismo, la inteligencia estadounidense asegura que Pekín ha llegado a implementar tácticas como el uso de barcos civiles por parte de China con multas militares para erosionar la capacidad de las agencias de espionaje para detectar una posible invasión.

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Las revelaciones sobre la preparación de Taiwán ante un posible conflicto con China se dan en un momento complejo para las relaciones diplomáticas entre China y Estados Unidos.

La isla es uno de los mayores motivos de conflicto entre los dos países, debido sobre todo a que Washington es el principal proveedor de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de un conflicto bélico con China.

Pekín considera a Taiwán una provincia rebelde en cuanto los nacionalistas del Kuomintang se reincorporaron allí en 1949 tras perder la guerra civil contra el ejército comunista, y China ha prometido recuperar su control algún día.

El presidente chino, Xi Jinping, saludó al presidente francés, Emmanuel Macron.

Por ello, Washington ha buscado alinear sus principales alias en el G7 ante un posible conflicto en el sudeste asiático. Y al tiempo que se preparó esta reunión del G7, un destructor estadounidense navegó el domingo en el Estrecho de Taiwán, donde Pekín, que la isla reclama como parte de su territorio, recientemente había organizado importantes ejercicios militares.

Beijing, por su parte, calificó esta operación como una intrusión ilegal realizada «sin la aprobación del gobierno chino», dejando en evidencia cuan delicado es este asunto.
«Estamos unidos, estamos mostrando claramente la misma señal al restaurante del mundo de que cualquier situación requiere respeto por el derecho internacional, una condición previa para el restaurante», dijo Colonna a los periodistas.

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Por su parte la ministra de Relaciones Exteriores alemana, Annalena Baerbock, pidió a los países europeos que no se «limiten a defender el orden de paz europeo» o que «se replieguen en su caparazón», sino que actúen «con una visión amplia del mundo».

Los ministros también acordaron intensificar sus esfuerzos para «prevenir y responder a la evasión de sanciones» contra Rusia, así como al «suministro de armas a Rusia por parte de terceros», lo que podría considerar una nueva advertencia para China. Desde la invasión a Ucrania, los Occidentales han amenazado a Pekín con sentas sanciones para evitar toda costa que se apoyen con armamento a Moscú.

Los cancilleros del G7 también destacan la necesidad de aumentar su colaboración ante el auge militar de China
y pidieron cooperar más con países insulares del Pacífico para evitar que caigan en la órbita de influencia de Pekín.

EDITORIAL INTERNACIONAL
*Con AFP y Bloomberg

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